PREFACIO
He confeccionado la presente normativa guiado por el
afán de dar una base, unas reglas de juego sencillas, democráticas y lógicas, que faciliten
la consecución de un pacto entre las diferentes fuerzas políticas españolas que
el pasado día, 31 de agosto de 2016, se opusieron a la designación como
presidente del gobierno de Don Mariano Rajoy Brey, candidato por el Partido
Popular y actual presidente en funciones de España, mi país.
Esta normativa posibilita la inclusión en dicho pacto de formaciones con ideologías de derechas pero excluye, de manera taxativa, al Partido Popular.
Ruego que los partidarios de las fuerzas políticas de izquierda no se rasguen las vestiduras al ver cómo incluyo en esta propuesta a partidos, limpios de corrupción, con ideas de derechas. Cualquiera que me conozca, o que siga mi trayectoria, puede dar fe de que mi ideología dista años luz de sus planteamientos. Sin embargo esto no impide que defienda con firmeza la necesidad garantista de una oposición, ya sea de izquierdas o de derechas, dependiendo del resultado de futuras elecciones.
Al leer esta afirmación habrá quien me
responda: “Oiga, si lo que nos va a plantear en este reglamento busca tanto
consenso, ¿por qué no incluir en él al partido del señor Rajoy?
La respuesta es clara: la prioridad, a la hora de
diseñar esta fórmula, es eliminar la corrupción instalada en
todas las instituciones españolas de la mano, execrable y obscena, del Partido
Popular. Prueba lo que alego −y este apunte es obligatorio−, la reciente jugada estraperlista del nombramiento del señor José Manuel Soria como candidato español a un puesto de alto ejecutivo en el Banco Mundial. ¿Quién lo propuso? Miembros "opacos" de la cúpula de Partido Popular que al día de hoy no saben cómo evitar dar explicaciones en el Congreso de los Diputados. En esas están por mucho que hablen de su preocupación ante la carencia de un gobierno en España.
Para quien no lo sepa, José Manuel Soria tuvo que dimitir como Ministro de Industria al estar incluido en los conocidos como "Panama Paper´s". Tras un sinfín de mentiras y excusas, que refrendó la cúpula del Partido Popular, no se pudieron sostener todos los embustes y el ministro dejó su puesto. Pues con la nueva designación ha ocurrido lo mismo pero esta vez en grado superlativo: hasta miembros destacados de la formación política, y medios de comunicación afines a la misma, han criticado con energía este escándalo y, una vez más, José Manuel Soria ha tenido que poner pies en polvorosa y renunciar al cargo. El colmo de los colmos de esta jugada, se centra en que el Partido Popular ocultó este nombramiento a C´s con quienes estaba firmando un pacto que incluía, cómo no, un punto 107 por la transparencia y contra la corrupción. C´s votó a favor del Partido Popular en la segunda intentona de la investidura del Sr. Rajoy sin conocer la triquiñuela y, dos minutos después de que se frustrara la investidura, se conocía en la prensa y se le comunicaba al Sr. Rivera la infame realidad.
¿Qué no sabrá José Manuel Soria de su organización para que intenten premiarle a cualquier precio? Dada la insistencia en las regalías, más que una puerta giratoria, este caso tiene toda la apariencia de ser un pacto de silencio.
No haré política ficción pero creo que ésta es la gota que colma el vaso para definir el tipo de organización que es el Partido Popular y para explicar por qué no debe ni asomarse a esta propuesta.
Es preciso, también, aclarar al lector que, al día de
hoy, el Partido Popular mantiene una mayoría absoluta en el Senado de España y
este factor impedirá que muchas de las propuestas programáticas del resto de
los partidos lleguen a buen puerto. Dichas propuestas coinciden con la mayoría
de las que se han denominado “líneas rojas”. De esta manera, al ser escollos
insalvables desde el congreso −por ejemplo, el referéndum independentista
o la reforma y puesta al día de la Constitución no tienen nada que hacer−, estas líneas
rojas no deberían colocarse sobre la mesa de negociación ni deberían ser
cláusulas de choque entre los diferentes partidos.
No obstante, por respeto a todos ellos y entendiendo
que cada propuesta debe ser defendida por quienes las representan, este
conjunto de normas garantiza hasta tal punto su sentido democrático y
pragmático que hace posible la inclusión de cualquier supuesto. Es más, su
espíritu es constitucionalista en tanto a la búsqueda del amplio consenso
político y a la aceptación de sus reglas. Si las fuerzas políticas españolas
fueron capaces de dar al estado español una constitución en 1976, pese a seguir
una fórmula primaria muy discutible tanto en el proceso de acuerdo como en su
traslado informativo a la población, hoy, las autodenominadas “fuerzas del
cambio”, deben recurrir a aquel espíritu para que alumbre un pacto y un
gobierno estables.
Pudiera parecer que peco de ingenuo, que pierdo el
tiempo en este empeño por buscar el status quo del resto de las formaciones
políticas. Con toda probabilidad sea así, pero, como ciudadano activo, siento
la necesidad de intentarlo, de aportar una idea que solucione y que desbloquee
la elección de un presidente y de un partido que gobierne con honestidad este
país.
No me cansaré, seguiré luchando por cambiar las
situaciones injustas y si, por ejemplo, de estas veinte cláusulas nace un
germen que ayude a crear otras, daré el esfuerzo por bueno. En esas deberíamos
estar todos y todas, en la participación para hacer doblar la rodilla a la
mafia que asola España y que, como si se tratara de la segunda parte de “El
Padrino”, ha conseguido llegar a gobernar un país colocando a su mando al
presidente que le convenía.
A continuación, enumero las medidas que, caso de ser aceptadas, deberían ser adscritas en un contrato vinculante entre las partes, siendo su incumplimiento motivo de graves sanciones.
01) Aceptación de esta fórmula por parte de las distintas fuerzas políticas, contrarias a las políticas y corrupciones del Partido Popular, que estén dispuestas a alcanzar un pacto y que en los siguientes puntos serán denominadas “fuerzas del pacto”. La fórmula será aceptada con independencia del resultado de la aplicación de la misma.
02) Aceptación, por parte
de la totalidad de las fuerzas del pacto, de la definición del término “punto
en común” como aquel que consigue aprobación unánime.
03) Presentación, por
parte de cada una de las fuerzas del pacto, de su correspondiente candidato a
la presidencia del gobierno.
04) Análisis de las
propuestas programáticas defendidas por cada formación del pacto, en el proceso
de elecciones a las Cortes Generales del 26 de junio de 2016 con el fin de
hallar los puntos en común de todas ellas.
05) Hallados los puntos
en común se reservarán para su posterior integración en el documento de los
acuerdos programáticos finales.
06) Se conformará una lista
donde aparezca la totalidad de los puntos programáticos diferenciadores,
acompañados, cada uno, de tres casillas correspondientes al SÍ, al NO y a la
ABSTENCIÓN.
07) Se conformará,
también, una lista con los candidatos de las fuerzas del pacto junto a los
cuales aparecerá una casilla en blanco donde cada diputado podrá señalar al
candidato de su elección. La casilla se podrá dejar en blanco sin que esta
opción invalide el voto.
08) Se imprimirán y se
chequearán las papeletas necesarias, en dos colores −según correspondan a
la elección de las propuestas o de la presidencia−, donde aparecerán todos los
puntos pendientes de acuerdo y todos los candidatos a la presidencia del
gobierno respectivamente.
09) Se designará a un
representante de cada formación política, inscrita en este acuerdo, para la
creación de una mesa encargada de la vigilancia y garantía del proceso
electoral que se llevará a cabo a continuación. Del mismo modo, se nombrará a
tres vocales que se repartirán las tareas de dar a conocer los resultados
obtenidos.
10) Se colocarán dos
urnas transparentes −una correspondiente a las propuestas y otra a la
presidencia− en una sala acordada por todas las fuerzas participantes en
la votación. Dichas urnas serán vigiladas por todos los miembros de la mesa con
la obligación de garantizar la validez y seguridad de la votación.
11) Llegados a este
punto, todos los candidatos y candidatas estarán obligados a jurar o prometer de forma pública, sobre la Constitución Española, que acatarán y harán cumplir el resultado final de la votación, sea cual fuere.
12) Se procederá, a
continuación, a votar cada uno de los puntos, de forma secreta, teniendo
derecho a dicha votación cada uno de los diputados electos de las fuerzas del
pacto que hayan jurado o prometido acatar la presente fórmula.
13) Terminada la
votación, se recontarán en primer lugar los votos de la urna dedicada a los
candidatos a la presidencia permaneciendo sellada la urna de las propuestas programáticas.
14) Caso que se diera un
empate entre dos o varios candidatos, se deshará esta situación premiando al
candidato de la formación con mayor número de escaños en el congreso.
15) El candidato electo
pasará a jurar o prometer el cargo sin tener conocimiento del resultado de la
votación correspondiente a los puntos programáticos pendientes de aprobación.
16) A continuación, se
procederá al recuento de las diferentes opciones marcadas en cada punto
programático, enumerando y haciendo constar las tres posibilidades descritas en
el artículo Nº 06 de esta normativa en lo que toca a las papeletas con el
listado de puntos programáticos no comunes.
17) Hecho esto, se
determinarán como aprobados todos los puntos que logren una mayoría simple de
síes.
18) Se reservarán para
ser debatidos a lo largo de la legislatura aquellos puntos, sin excepción, que
pudieran ser objeto de un empate entre síes y noes.
19) Se elaborará un
documento que incluya, en primer lugar, todos los puntos denominados como
comunes. Se añadirán al documento los puntos aprobados tras la votación.
20) Se procederá a leer,
en voz alta, cada uno de los puntos del acuerdo así como los pendientes de
resolución por haber sido objeto de empate. Acto seguido se procederá a la
firma del acuerdo teniendo obligación de hacerlo todos los diputados. Se
grabará en vídeo todo el proceso, en un único plano, y se publicará dicha
lectura y firma para conocimiento de toda la población.
CONCLUSIÓN
Como habrán podido comprobar, es ésta una normativa
sencilla, garantista y democrática en grado sumo. Es una normativa capaz de
desbloquear la situación política actual. Es una normativa que, dada a conocer
a las bases de cada formación política y a su electorado, eliminará las
presiones internas y las influencias externas ya que lo posible y lo imposible,
en términos legislativos, será determinado por la más simple de las fórmulas
matemáticas: la suma que determinaría la mayoría de votos. Nadie podrá acusar a
nadie de haber roto el programa electoral con que presentó una candidatura y,
ante todo, la fuerza del pacto será tal que garantizará la estabilidad que
exige la sociedad, nuestros socios europeos y latinoamericanos e, incluso, los
grupos económicos de presión.
Por mi parte, sólo decir que soy un simple ciudadano
que se ha dejado guiar por un impulso natural de participación activa en la búsqueda de una solución: encontrar formulas negociadoras para
que la unión de todos los partidos demócratas, que hayan logrado eliminar de sus
filas los focos de corrupción, nos lleven hacia un futuro más limpio, más justo
y más equilibrado.
Espero que, al menos, alguno de ustedes llegue a leer
esta breve normativa. Piensen que incluso el Monopoly, tiene más reglas de
juego.
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